Un hombre murió intempestivamente…
Al darse cuenta, vio que se acercaba Dios, quien llevaba una maleta consigo…
Y le dijo:
-Bien hijo mío, es hora de irnos…
el hombre asombrado le preguntó a Dios
– Ya… tan pronto tenía muchos planes…
– Lo siento hijo… pero es el momento de partir.
– Que traes en esa maleta?
– Tus pertenencias…
– Mis pertenencias?
Son mis cosas, mis ropas, mi dinero?
– Lo siento hijo, las cosas materiales que tenías, nunca te pertenecieron.
..Eran de la tierra.
– Traes mis recuerdos?
– Lo siento hijo, esos ya no viven contigo, nunca te pertenecieron.
..Eran del tiempo.
– Traes mis talentos?
– Lo siento hijo, pero esos nunca te pertenecieron…
– Eran de las circunstancias.
– Traes a mis amigos, a mis familiares?
– Lo siento hijo, pero ellos nunca te pertenecieron…
– Eran del camino.
– Traes a mi mujer y a mis hijos?
– Lo siento hijo, Ellos nunca te pertenecieron…
– Eran de tu corazón.
– Traes mi cuerpo?
– Lo siento hijo, Ese nunca te perteneció.
– Ese era del polvo.
– Entonces traes mi alma?
– Lo siento hijo, pero ella nunca te perteneció.
…Era mía.
Entonces el hombre lleno de miedo arrebato a Dios la maleta y al abrirla … Se dio cuenta que estaba vacía…
Con una lágrima de desamparo brotando de sus ojos, el hombre le dijo a Dios.
– ¿Nunca tuve nada?
– Si… hijo mío… cada uno de los momentos que viviste fueron solo tuyos… tus actos…
No hay comentarios