Almorzando hace unos días con parte del equipo de trabajo de un cliente conocí a una nueva colaboradora. No hablaba y bromeé con su comportamiento introvertido. Mi amiga Michelle dijo desde el otro extremo de la mesa: “Pregúntale por su hobby y sabrás cómo es”.
No entendí bien y solicité explicación. Me detalló que las personas muestran cómo son con la pasión que ejercitan.
–“¿Cuál es tu hobby?” –interpelé a la novata de la oficina.
–“Motocross” –me respondió con seguridad.
Definitivamente que la callada joven no aparentaba practicar un deporte como ese.
–“¿Qué me dices de ella, Diego?” –me retó Michelle.
Es interesante cómo decimos tanto con nuestras actuaciones. Queremos conocer a las personas y nos fijamos mucho en lo que dicen y muestran, pero poco en lo que hacen y lo que dejan de decir.
Aunque también lo que muestran nos dice mucho… Si sabemos leerlos vemos lo que ocultan. Alguien con un teléfono que no debería haber comprado porque el dinero no le alcanza o por tener deudas u otras tantas necesidades prioritarias no cubiertas nos dice que no está contento con lo que es. Quiere que lo reconozcan como alguien que aún no ha llegado a ser… y de seguir ese comportamiento quizá nunca llegue.
–Luchadora –dijo el más experimentado de la mesa.
Los demás se arriesgaron también con sus observaciones. Le recomiendo que haga el ejercicio: Cierre los ojos y comience a detallar cómo es una joven dama que sube a una motocicleta, salta, se ensucia, compite… todo esto en un terreno hostil y entre una parvada de individuos que luchan por llegar primero mientras dejan atrás innumerables obstáculos.
–Corre riegos, pero reconocen el terreno antes de acelerar al máximo. Calcula cada salto y reconoce cada obstáculo. No le teme, pero los respeta –me aventuré a decir.
Mi nueva conocida recibió una retroalimentación detallada entre todos:
Individualista, calculadora, arriesgada, etcétera. Solo reía y asentía. Me imagino que no todas las chicas que montan motocross son iguales, pero el juego dio resultado en esta ocasión.
Pensemos en alguien que monta caballo o que juega tenis. Toca guitarra o quizá violín. Todos caminamos por hobbies que nos gustan y quizá nos moldean. Me imagino que preguntarle a los que nos rodean por sus aficiones podrá ayudarnos a conocerlos mejor. ¿Se atreve a interpelarlos?
Por Diego Sosa
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