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Existe una laguna legal entre lo que puede considerarse acoso sexual y lo que no, además de que como ocurre en muchos delitos de género, sin pruebas contundentes y testigos confiables, las demandas de acoso sexual suelen terminar sin resolverse, y siempre en perjuicio de la víctima.

Enfrentar el acoso sexual es una de las preocupaciones laborales de la mujer hoy en día, y la causa de muchas deserciones de los ambientes laborales de la mujer.

Parte de la forma en que se juzga el acoso sexual, es la mala interpretación que se hace de las causas que dan lugar al mismo, casi siempre se tiende a juzgar a la víctima como la que ha propiciado el mismo. Por ello hay que tener en cuenta que, algunas de nuestras más inocentes formas de interactuar pueden y suelen ser mal interpretadas por ello, y en este sentido debemos trabajar para ser más  muy claras respecto de nuestras intenciones cuando trabajamos, no diremos “con hombres” porque el  acoso puede darse entre el mismo género.

Y cuando decimos “nuestras intenciones” nos referimos directamente a que nuestra forma de hablar, lo que hablamos y nuestra actitud debe quedar claramente encuadrada dentro de lo que queremos expresar, para que mal interpreten los mismos y si detectamos que ha sido mal interpretada, aclararlo de inmediato suele ser la mejor vía a evitarnos la incómoda situación de ser objeto de acoso.

Fuente Página Internet.

Imagen:QuejasydenunciasUruguay