TRABAJANDO CON GENTE DIFÍCIL

Por: Profra. Pilar Díaz Rivera De López

Querida Asistente/Secretaria/:

La habilidad para trabajar con gente difícil en situaciones conflictivas es esencial para la asistente. La gente problemática nos detiene en el logro de nuestras metas. Comprendiendo por qué la gente es difícil, nos ayudará a prevenir y reducir los problemas. Las personas enigmáticas absorben tu tiempo y tu energía. Entre más pronto puedas identificar quién presentará problemas y cuándo lo hará, tus oportunidades para trabajar con éxito se acrecentarán. Para ello, necesitas saber qué es lo que hace que la gente sea difícil. Todos reaccionamos de diferente manera ante las tensiones y todos tenemos distintas expectativas en la vida. A veces encontramos imposible tratar a alguien con valores contrarios a los nuestros. Si procuramos entendernos a nosotros mismos mejor, así como a los demás, podremos aprender a no juzgar a otros basándonos en nuestras diferencias. Asimismo no debemos intentar cambiarlos, pero sí valorar lo que nos aporten. Lo importante es darnos cuenta que las personas con diferentes perspectivas enriquecen a cualquier grupo de trabajo con habilidades complementarias. Éstos son algunos mecanismos que facilitarán nuestras relaciones con los demás: DINAMISMOS La comunicación mueve las relaciones hacia adelante y ayuda a trabajar juntos en armonía. Siendo clara en los mensajes que envías y escogiendo la mejor manera de proporcionar la información, ayuda a tu receptor a captar tu mensaje. Reconociendo cuando las personas están a punto de presentar un problema y teniendo alguna idea del motivo que las impulsa, te podrá ayudar a cambiar un conflicto potencial en un intercambio de entendimiento y cooperación. Debes calcular tus opciones y así evitar las confrontaciones. CONFRONTANDO A LA GENTE DIFÍCIL Al confrontar a la gente difícil, es necesario pensar muy bien cómo actuar. Ante todo permanecer calmada, escuchar cuidadosamente, ser asertiva y empatizar con la problemática. Puede ser que su descontento sea más bien con ella misma que contigo. Piensa en las palabras que vas a emplear. Observa una proporción 80/20, es decir, que tu tiempo de hablar sea tan sólo de un 20 por ciento. Permanece imparcial y escucha. Para tener una mejor comprensión, haz preguntas en un tono conciliador y que tu lenguaje corporal y tu voz no provoquen una agresión. Hay que convencer a estas personas a entender que un cambio les proporcionará nuevas oportunidades. Para vencer su resistencia enfatiza los beneficios que van a obtener. Si no puedes cambiar a la persona difícil, sería conveniente que adoptes otra actitud. A veces resulta mejor acostumbrarte a convivir con la persona que tratar de cambiarla. En estos casos es de gran ayuda el ser imparcial. Evita que un solo asunto nuble tu juicio. RECONOCE TUS PROPIAS DESVIACIONES Teniendo en cuenta que todos vemos el mundo a través de nuestros propios filtros, te va a ayudar a comprender a la persona difícil. Deben convencerse, tanto tú como la persona en cuestión, que sus diferencias están formando una barrera que impide que haya una comunicación efectiva y objetiva. Estando consciente de que tus puntos de vista pueden estar equivocados, es muy probable que te abstengas de hacer juicios de las personas basados únicamente en tus opiniones subjetivas.

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