Por: Martha E. BARBERY DE HOZ DE VILA
La vida es una oportunidad, un don extenso y amoroso que Dios nos ha dado y que podemos aprovechar, la generosidad divina es inmensa y abundante, es infinitamente inteligente y a pesar de nuestros múltiples errores y acciones equívocas, la vida encuentra siempre modos de salirse con la suya y nos hace triunfar, nos hace salir victoriosos de cualquier situación o de cualquier problema.
Todo lo que tenemos que hacer es cultivarnos, aprender, mejorar constantemente, revisando nuestra conciencia y usar dicho poder, sí, tenemos un poder inmenso en nuestra conciencia y podemos hacer uso de dicho poder en beneficio de la convivencia armoniosa y tranquila.
Si revisamos la conciencia podrá darse cuenta que sus buenas intenciones, si no son motivadas por el amor, por el verdadero amor que busca la unidad y no la revancha, de seguro podrá encontrar respuestas buenas y correctas en su interior y podrá empezar a tomar decisiones correctas y acertadas.
Si conseguimos escuchar la voz de la conciencia, podremos rectificar y enmendar los errores, teniendo la capacidad de hacer lo que la conciencia sugiera. Cuando hacemos lo que nuestra conciencia nos indica, podemos resolver cualquier problema o diferencia, pues en la conciencia no somos actores del pasado, somos actores nuevos de un presente nuevo, limpio y maravilloso, donde tenemos la oportunidad de hacer todo lo que los demás no fueron capaces de hacer.
La separación y el castigo son solo modos y medios de producir fracaso y más dolor, más pobreza y mayor incapacidad, podemos mentirnos y podemos hacerlo muy bien; también podemos mentir a los demás y hacerlo muy bien; sin embargo, solo en la verdad de nuestra conciencia podemos darnos cuenta de que la verdad, solo la verdad nos puede liberar y conducir hacia una unidad.
La negatividad reinante en el ambiente generado por mentes negativas y pesimistas solo produce vibraciones de problemas, de futuros inciertos y dolorosos, pero, eso es solo una visión pesimista, negativa que se puede cambiar en un instante, cuando recordamos la verdad de la vida y del universo, hay algo más grande que nosotros que nos quita la arrogancia de creer que nuestro destino o nuestra vida está exclusivamente en nuestras manos.
La vida es hermosa y debemos vivir agradecidas a Dios por habernos proporcionado la oportunidad de desarrollarla a nuestra manera, pensando siempre que el ayer ya fue vivido, el mañana llegará y el presente vivirlo como si fuera el último.
FELICIDADES Y QUE DIOS LAS BENDIGA SIEMPRE¡¡¡
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