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Este viejo refrán me lleva a analizar cómo vivimos quejándonos de lo que pudimos ver con tiempo en qué se convertiría. Y más importante aún, cómo vamos a actuar con los polvos que podemos ver hoy y sabiendo que si les llueve serán lodazales difíciles de pasar.Vivimos en una prisa constante, en un inmediatismo extremo… en vivir el hoy y quejarnos de él; quisiera que bajemos un poco la marcha y nos demos cuenta de cuántas cosas están en nuestras manos ahora para lograr un futuro mejor.
Las empresas están obligando a sus colaboradores a que se olviden de construir el futuro de la misma porque lo importante son los números del cierre del mes que están viviendo. En esta prisa ponen prioridad en el número del mes en curso y le quitan la esencia al negocio: cubrir necesidades al cliente. Muchos se concentran en ‘crear necesidades’ al cliente sin pensar que luego éste no querrá entrar en su tienda u oficina, ni querrá verle cerca de la suya. Le venden cosas que no cubren sus necesidades reales en el orden de prioridad que deben. El mejor ejemplo de esto es el recién pasado “viernes negro”, donde la mayoría de lo que se compra es por emoción y no con una decisión racional. Las personas compran cosas porque están en rebajas de poco tiempo y hasta toman dinero prestado, sin ver que otras necesidades prioritarias no están cubiertas… Cuando no puedan pagar o no consigan cubrir otras necesidades primordiales podrán decir de cuál polvo viene el lodo que los atolla.
En el área personal lo vemos a diario, desde la crianza, pasando por nuestra salud y llegando hasta nuestras finanzas. Cuando aceptamos comportamientos de nuestros hijos o no le ponemos la atención necesaria, sabremos de dónde sale el lodo. Cada paso dado tiene consecuencias, pero cada paso que no damos tendrá mayores repercusiones. La relación de pareja es típica para tomar en cuenta con respecto a nuestro refrán de hoy; vemos cosas que están pasando y no tomamos acción, o ni siquiera nos fijamos en lo que está pasando por vivir el día a día sin disponernos a forjar el futuro.
La idea es que reconozcamos qué pasará si dejamos que el polvo se acumule en un lugar donde seguro lloverá, sabiendo que el agua lo convertirá en lodo. Muchas cosas se pueden evitar o corregir a tiempo. Comportamientos de los hijos por falta de vínculos emocionales, por llamar la atención ya que se sienten desatendidos, etc. Enfermedades que nos dan señales a tiempo, o que con simples chequeos preventivos pueden ser descubiertas prematuramente. Alejamiento de la pareja por motivos que pueden generarse en nosotros o en ellos, pero que con las acciones necesarias pueden evitar en el futuro una separación definitiva…
Son muchos los lodazales que podemos evitar por ocuparnos de ellos cuando aún son polvos y los vemos. En mi libro Mi Binomio trato a profundidad los temas de la prevención, el manejo de los cambios y la toma de decisiones, entre otros; herramientas ideales para crear el futuro de corto, mediano y largo plazo en el que quiere vivir.
FRASE DE LA SEMANA
“Las señales vistas a tiempo son buenas; las acciones tomadas son mejores”
Diego A. Sosa
Coach, Conferencista, Consultor y Escritor
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