Escuché por los audífonos una señora reclamarme en el programa radial Mujeres al Borde. La pregunta es muy válida y la preocupación es demasiado importante para no tenerla. La siguiente llamada tenía la misma tesitura: Tengo la misma situación de la señora que llamó anteriormente; Dígame cómo hago para ahorrar ganando RD$ 12 000.

Mi respuesta a ambas era la misma que le doy al que gana cien mil o sólo veintitrés mil pesos. El método es idéntico. Le hice una pregunta a la segunda participante: “Si la anterior oyente ganara lo mismo que usted, ¿cree que ahorraría parte de los dos mil pesos más que usted gana?”

La realidad es que no lo ahorraría, al igual que lo haría la segunda si consiguiera cinco mil más. Conozco personas que ganan veinte veces más que ellas y no ahorran… todo lo contrario, deben todo lo que se ganarán en el resto de sus vidas. Ahorrar no es una cuestión de volumen de ingresos, sino de filosofía de vida.

Cuando a un niño se le entrega su primera mesada o recibe un regalo en efectivo, sus necesidades no son tales que tiene que gastar todo el dinero que tiene a su disposición… pero la mayoría lo gasta. Cuando ese niño reciba su primer salario también lo gastará. Al poco tiempo no le alcanzará y con un aumento salarial hará lo propio, endeudarse será el siguiente paso.
Los pobres en mi país son las personas que más dinero usan sin consumirlo. Los juegos de azar, las apuestas, las fiestas, maratones de alcohol, los préstamos informales, etc. No todos lo pueden hacer, pero es mucho el dinero que se destina a dichos malos hábitos.
El modernismo vino a demostrar la capacidad de ahorro que tenemos no importando lo que ganemos. Los teléfonos son una muestra fehaciente. El dinero que las personas gastan en tener comunicación me impresiona. Desde las llamadas cobradas por minuto, hasta los planes mensuales… sin olvidar el precio de los aparatos. Una cosa es la necesidad y otra lo que ya sabemos que significa tener la moda al alcance de la vista de los demás y el desperdicio de minutos.

Siempre podemos restringir un poco la vida, pero le aseguro que ése no es el camino para ahorrar. A veces creemos que dejando de gastar en algo estamos ahorrando… si no lo convertimos en capital no hemos ahorrado, sólo lo asignaremos a otro renglón. Me dirá que también era urgente, y le diré que sí… pero lo cortés no quita lo valiente.
Ahorrar sin un motivo es la filosofía de vida que nos saca de la pobreza, como explico en mi libro Arco Iris Financiero. Muchos sólo le asignan el nombre de ahorro al reunir una cantidad de dinero para luego hacer una compra. El ahorro verdadero es al que llamo metahorro, aquel que construye el futuro. Cuando quiera comprar una vivienda o comenzar un negocito utilizará ese dinero para hacerlo crecer. Es dinero que producirá dinero.

Por todos es sabido que el truco de ahorrar es sacarlo de lo que entra, lo que llamamos pagarse a uno primero. No importa que tenga deudas, páguese. Si después de un tiempo reunió algo y aún tiene deudas, entonces se lo abona… lo primordial es que construya el hábito sabio de guardar una parte de lo que entra. Le aseguro que se sorprenderá cuando llegue el final del mes y vea que no redujo su calidad de vida.