Si, el estrés es contagioso lo demuestran varios factores.
En estos días estaba esperando ser atendido en una panadería, todo lucía bien, las personas estaban tranquilas y las dependientes despachaban con fluidez. De repente, una señora mayor intentó ser atendida antes de lo que su número de orden le permitía. ¿Se imagina lo que le pasó al ambiente?
Un estudio hecho primero en el Instituto Max Plank de Leipzig y posteriormente en la Universidad Técnica de Dresden, ambos en Alemania, arrojó resultados interesantes. Ya por muchos es sabido que el bostezo se contagia y sabemos las razones luego del descubrimiento de las neuronas especulares, o neuronas espejo, como explico en mi libro Migomismo II – Su Inteligencia Interpersonal.
Se colocaron voluntarios en una sala a resolver problemas matemáticos, otro grupo los observaba a través de un cristal. Cuando los que resolvían los problemas comenzaron a dar muestras de estrés se les tomó pruebas de sangre a los observadores. Los resultados mostraron que el 26% tuvo un aumento de hormonas del estrés (cortisol) en su flujo sanguíneo.
Durante millones de años esa reacción fue esencial, descubrir en un grupo a alguien estresado tenía que alertarnos en preparación para la huida o la pelea. La subsistencia de las personas estaba condicionada a la reacción que pudieran tener. Desde que alguien se ponía en alerta los demás miembros del grupo tenían que reaccionar, como explico por extenso en el libro mencionado anteriormente.
En la segunda parte del experimento hicieron que las personas se conocieran entre ellos para ver cómo sería la reacción emocional de estrés cuando tenían una relación más cercana. Como era de esperar, los niveles de cortisol aumentaron en más personas, ahora fue el 40% que vio incrementado su nivel de hormona del estrés.
Otra versión del experimento demostró que los resultados son muy parecidos cuando vemos las personas a través del televisor. Sí, ver programas donde la gente se estresa puede estresarnos. Si lo hace antes de dormir ya sabe las consecuencias que puede tener su descanso, el que debería ser regenerativo.
Dejarnos contagiar del estrés de las personas (ya sea presencialmente, en un libro o en televisión) no es lo más productivo para nuestro cuerpo. Si descubre que alguien o algo le está contagiando estrés, ¿preferirá dejarse llevar o tomará el control de la situación y de su reacción?
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