Hace unas semanas me tocó asistir a una conferencia de un motivador en finanzas personales. Él desarrolla la teoría de que es bueno meterse en líos, así salimos de la zona de confort.

Por más absurdo que parezca, creo que tiene razón… la pregunta es: ¿con cuántas personas funciona y cuántas terminan con el lazo al cuello?

El motivador demostró cómo él se hizo multimillonario por haber perdido el empleo. Al verse sin ingresos fijos tuvo que salir de la zona de confort, llegando la riqueza a sus puertas, convirtiéndose en una persona que gana más que cualquier presidente del área… según sus palabras.

Conocemos muchos casos parecidos, personas que se encierran en una zona de confort y no salen a menos que se vean obligadas. Desperdician su potencial por aferrarse a la seguridad aparente que les da un ingreso regular.

Mi próxima pregunta es: ¿Cuántos han perdido el trabajo y se han terminado hundiendo, a pesar de ya no tener una vaquita para ordeñar? Aquí está la peligrosidad del método expuesto por el conferencista. Conozco muchas personas que no consiguen subir sus ingresos no importa la cantidad de pruebas que les ponga la vida, por decirlo de la manera popular.

Pierden varios trabajos, intentan negocios, buscan formas alternativas de lograr ingresos extra, y terminan mejor cuando tienen un trabajo con ingreso frecuente.

El orador decía que en el próximo viaje tomara la tarjeta de crédito y pagara un boleto de primera clase ya que “usted se lo merece”. Cuando llegue el corte verá cómo se mueve de su zona de confort para encontrar la forma de pagar… “al final eso te pondrá dinero en el bolsillo porque aprenderás a buscar dinero extra”.

Me aterrorizó ver el público aplaudir apasionadamente al escuchar una teoría que los llevará a viajar en la clase más exclusiva. ¿Y si luego no lo logran? Me pregunté.

La primera opción a la que le echarán mano los que se lleven de dicho método será al financiamiento de la tarjeta de crédito. Sabemos lo caro que sale. Algunos serán más ágiles (aunque no muchos) y utilizarán el crédito extra de dicha tarjeta, los intereses más bajos darán un respiro. ¿Salieron de la zona de confort? Lamento decirle que no, se endeudó por un comportamiento que a pocos les da resultados positivos.

Ya sé que en unos meses la tarjeta estará al reventar y para limpiarla tomarán un préstamo de consolidación de deudas y seguirán metidos en la bola de nieve que arrasa con todo en su descenso por la colina.

Me imagino que más tarde serán mis clientes, al buscar quién les ayude a salir del gran problema causado por una teoría que solo a una minoría le da resultados positivos, mientras a los demás los lleva a la ruina.

No estoy en contra de salir de la zona de confort, todo lo contrario. La diferencia es que no creo que uno se merezca algo que no haya hecho el mínimo esfuerzo por ganárselo. Si me lo mereciera es porque ya tengo el dinero, no porque lo sueño.