El Salario Eficiente: Cuando logramos que nuestro ingreso cubra nuestros objetivos financieros presentes y nos permita construir el futuro mediato e inmediato puedo decir que es un “salario eficiente”.
Para el cómputo del salario eficiente no hay que hacer muchos cálculos. Dependemos de dos variables principales: necesidades y posibilidades. Esta última es nuestro ingreso. La primera es más complicada porque está compuesta por una parte racional y una emocional.
La ecuación sería: Salario Eficiente = Posibilidades / Necesidades. El salario será eficiente cuando sea 1 o mayor.
Por ende, a mayor necesidad mayor ingreso necesitaremos para lograr la eficiencia salarial. Conseguir el equilibrio parece sencillo: o bajamos las necesidades o subimos las posibilidades o una combinación de ambas. Solo en el papel es simple, la realidad envuelve muchas aristas.
Como decía Jack, vamos por partes. ¿Cuál Jack? El Destripador.
Las posibilidades: La mala noticia primero. Subir los ingresos genera, por lo general, una subida de los egresos y una reducción de otras variables importantes, lo que no permite equilibrar con facilidad la ecuación. Si está dispuesto a seguir viviendo igual (con relación a sus egresos) aunque gane más, entonces la solución es atacar esta variable. Muchas veces es suficiente vencer el miedo y salir a buscar otro empleo. En otras ocasiones, llevará una inversión en capacitarse para su próximo puesto. A eso le llamo capacitación inteligente, no es buscar un papel que le acredite títulos, sino adquirir conocimientos útiles.
Algunos cambios pueden hacer crecer automáticamente sus necesidades. Si requiere más tiempo para trabajar tendrá menos tiempo para la familia. Dentro de nuestras necesidades está ese tiempo, por lo que estaremos perdiendo parte de lo que teníamos cubierto. Tenga en cuenta lo que pierde si hace cambios para conseguir más dinero, lo importante es valorar todas las variables.
Las necesidades: Podemos hacer una lista de las necesidades que requieren dinero y poner al lado el monto mensual demandado. No debemos olvidar todo lo que no es mensual, pero que requiere dinero para ser cubierto, poniendo a su lado la inversión mensual. No se restrinja a lo que hoy gasta, ponga lo que quisiera tener. Proyecte esa lista para los próximos tres años. Seguro que hay sueños que sin una inversión hoy no llegarán a ser cubiertos… decida si quiere invertir o seguir soñando. Si decide construir esa realidad, entonces coloque el monto en los gastos de hoy.
Pensar que las necesidades son finitas lo considero una utopía. Si fuese así las personas ricas no buscaran más dinero, se dedicarían a disfrutar de sus necesidades cubiertas. El inconveniente nace de la parte emocional. Competimos por lograr más: ¿Para qué? El cerebro es muy complejo, las respuestas por extenso están en mis libros sobre Inteligencia Emocional, Migomismo I y II. Podría resumirlo en que sentimos la urgencia de cubrir necesidades que van más allá de lo racional, necesidades que no son de déficit. Por lo que crecen sin poder detenerlas con facilidad. Hace falta inteligencia emocional para lograr el balance.
Conclusiones: Si toma sus entradas mensuales y las divide por la suma de los gastos tendrá cuál es la relación de su ingreso real con su salario necesario.
Insisto en algo: Revise bien sus necesidades y vea si no le está dando más importancia al dinero que a lo que en realidad lo hace feliz. Como información al margen: La mayoría de las personas obtienen la felicidad a través de la interacción con seres queridos.
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