Si cambio lo que puedo logro lo que quiero. Es una filosofía que tengo y me da mis resultados. Manejar los cambios es cada día más importante y diría que en el momento que vivimos es imprescindible.

Veo personas que logran lo que quieren porque planifican y se enfocan en ello. Hasta no conseguirlo no descansan. Mientras otros solo lo consiguen cuando los empujan, o sea, cuando no les queda de otra. También existe un grupo que un día mirará atrás y dirá que en su próxima vida lo hará diferente. Pienso que ya será tarde.

Hay cosas que no podemos cambiar, otras es preferible no modificarlas. La diferencia puede ser grande, pero no se percibe a simple vista. Lo importante es concentrarnos en las que sí podemos cambiar, las que están en nuestras manos. Aquellas que al transformarlas, ya sean por completo o parcialmente, nos llevarán a lo que queremos.

Esperar no es de sabios. La evolución de nuestro alrededor sin nuestra participación nos suele llevar a un lugar donde no sabemos si queremos estar. Lo que estoy seguro es que no es el lugar elegido.

La clave puede estar en hacernos protagonistas de nuestra situación o ser víctimas por abandono. Siempre hay razones de peso para echarle la culpa a lo externo. Lamentablemente hay pocos argumentos para movernos a cambiar lo que no nos gusta o lo que sabemos podemos mejorar.

Vivir en una zona de confort es maravilloso, siempre que ese lugar no tenga potencial para ser mejor. No quisiera dar un paso fuera de mi zona de confort si pusiera en peligro todo mi bienestar. Prefiero mirar fuera de mi comarca y encontrar potencial de mejora. Luego trazo un plan para extender mi territorio.

Claro que hay microclimas dentro de mi zona que no son de mi simpatía. Pero muchas veces no tenerlos puede significar estar peor… antes de cambiarlos tengo que encontrar una posible mejora.

Querer algo y perseguirlo es primordial para el humano. En el camino encontraremos obstáculos, algunos hasta insalvables. Trazaremos otro camino y modificaremos los objetivos, para bien y para mal.

Debo tomar en mis manos el guía para obtener los logros que parecen metas. Se ven distantes y quizá sean solo sueños… nunca dejemos de soñar, ni tampoco de despertar y convertir esas fantasías en realidades. ¿Se atreve a cambiar algo para lograr lo que sueña?

Por Diego Sosa