Financieramente seremos afectados por el orden de nuestros dogmas. Hacernos ricos o endeudarnos dependerá de cuándo gastamos.

En cuanto a finanzas personales se refiere. Los gastos son, en este sentido, los factores. En qué gastar primero será el orden. ¿Cree que da lo mismo?

La experiencia me ha enseñado que gastar primero en lo no prioritario para luego no tener dinero para lo que sí lo es altera el número final de la ecuación. Puede ser en el mediano, largo o corto plazo… lo importante es saber el mejor orden para lograr lo máximo con nuestro dinero. Veamos primero el hábito en cada etapa y luego las consecuencias.

Corto plazo: Digamos algunos meses. Las personas que piensan que la vida es ahora deciden gastar todo lo más rápido posible. Reciben el salario y ese mismo día hacen gastos mayores. Salen a comer, se reúnen con amigos o invitan a alguien. Aprovechan la bonanza del momento para obtener una felicidad temporal.

Mediano plazo: Gastar hoy porque no sé si el próximo año estaré vivo para disfrutarlo es otro dogma común. Aparece una oportunidad de disfrute, como un viaje o una compra de un vehículo… debemos aprovecharla de inmediato. Tomar un préstamo de consumo es la solución a la mano, pagar la adquisición en cuotas es lo más cómodo. Hasta los escucho decir que de otra manera nunca podrían hacer dicha compra.

Largo plazo: Comprar una vivienda no entra en los planes, es mejor alquilar y seguir viviendo. Pensar en ahorrar no es de provecho, “la vida da muchas vueltas y uno nunca sabe lo que le espera… el destino está escrito”.

Veamos qué sucede financieramente en cada caso después de un tiempo:

Corto plazo: No es que les falte sueldo, es que les sobra mes. Siempre es difícil encontrar la plata para llegar a los últimos días… muchas veces a la semana antes del cobro. Piensan que lo que ganan no les alcanza para el transporte o para otras necesidades básicas. Lo que no se dan cuenta es que utilizaron lo de esas necesidades en adquisiciones que no eran necesarias. La solución es planificarse y determinar bien lo que necesita para cada renglón. Asignar un número concreto a cada área, como a la diversión. Cuando se agote el presupuesto para ella, se terminó la diversión que cuesta… hasta el siguiente cobro no hay nada. Un aparte debe ser para lo que no sabemos cuando llegará, pero llegará. Cada mes tiene de esos. Si quiere planificarse, le regalo mi hoja de presupuesto, la puede bajar en: http://bit.ly/PresFam

Mediano plazo: Como se toma prestado, se disminuye el poder adquisitivo. La cuota sale directamente de la calidad de vida de los meses siguientes. Una nueva adquisición solo será posible con otro préstamo. Inicia un círculo muy peligroso que se cree terminará cuando se gane más. Solo cambiando los dogmas se logra cambiar los resultados.

Largo plazo: Si no reunimos el inicial para hacer crecer el capital, la vida se pone más cara. Lo único que ayuda es intercambiar más vida por ingresos. Convertir parte del desperdicio en ahorros es fácil; guarde de lo que entra, como enseño por extenso en mi libro Arco Iris Financiero.

No es llamar al tiempo de las vacas flacas, es construir una bonanza perenne. Llegarán momentos no tan buenos en la construcción de ingresos, teniendo reservas no se sufren bajas, solo se amolda uno a las realidades del momento.

FRASE DE LA SEMANA

“Prever con tiempo me da la facilidad de sacarle el máximo provecho a mi dinero”
Diego A. Sosa
Consultor, Conferencista, Escritor y Coach